EL ROSARIO

Con el Rosario, el pueblo cristiano se sienta en la escuela de María y es llevado a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor.


– Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae del Sumo Pontífice Juan Pablo II a los Obispos, al Clero y a los Fieles sobre el Santísimo Rosario, 2002


El Rosario, aunque de carácter claramente mariano, es en el fondo una oración cristocéntrica. En la sobriedad de sus elementos tiene toda la profundidad del mensaje evangélico en su totalidad, del que se puede decir que es un compendio. Es un eco de la oración de María, su Magnificat perenne por la obra de la Encarnación redentora que comenzó en su seno virginal.


Con el Rosario, el pueblo cristiano se sienta en la escuela de María y es llevado a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor. A través del Rosario los fieles reciben gracia abundante, como de las mismas manos de la Madre del Redentor.


Guía paso por paso

¡Trabajamos con usted para encontrar las mejores soluciones para sus desafíos!

01

Señal de la cruz

Sosteniendo el crucifijo, haz la Señal de la Cruz.

02

El credo de los Apóstoles

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, murió. y fue sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; ascendió al cielo, y está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso; desde allí vendrá a juzgar a vivos y muertos. * Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

03

Nuestro Padre

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; venga tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; y perdónanos nuestras ofensas; como nosotros perdonamos a los que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.

04

Ave María

Ave María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita eres entre las mujeres; y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús †. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


05

Sea la gloria

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.